lunes, 4 de junio de 2012

Ahora para siempre me parece muy poco tiempo.


-Te quiero, ¿me oyes? , te quiero. Y sería capaz de subir al palo mayor para que todos se enteraran. Y que lo escuchara hasta la última persona del mundo, hasta quedarme sin voz. Pero es que no puedo.
-¿Por qué? ¿Qué está pasando?
-Por favor, es que esas eran las condiciones. Que no me hicieras preguntas y que tuviéramos paciencia y que me dieras tiempo. Pero es que ya han pasado dos días y no hemos podido cumplirlo. Y de verdad te juro que sé que no es fácil, te lo juro. Pero es que es eso lo que te pido. Es que no puedo ofrecerte nada más, es que no puedo, no puedo, te lo juro.
-Escúchame, no sé ni lo que estamos intentando, pero yo no puedo odiarte ni insultarte por las esquinas, simplemente porque no puedo. Y quiero decirte que te quiero todas las mañanas y todos los segundos, y que no voy a parar hasta conseguirlo. Hasta que me muera de no dormir, de no tenerte, de no entenderte. Voy a quererte como tú me pides, sin preguntas

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